Las escenas se suceden
hoja tras hoja.
Indefinidmente en
un misma historia.
Siendo testigo yo
escriba del mundo y del hombre.
De presencia sin nombre
porque nadie la recuerda.
Contra las sal
consigo manantiales.
Y en la tempestad
encuentro seguro reparo.
Y cuando mi espiritu
ya cansado
comienza a tambalear,
una encrucijada del azar
me permite seguir el camino,
por eso condenado vivo
perpetuo en esta morada.
Sufriendo cual tormento
temiendo amar demasiado.
Fugitivo del pasado,
cautivo del presente
y el futuro que perenne
me espera en su eternidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario